Un presupuesto profesional debe especificar el tipo y modelo del equipo, los materiales incluidos, la longitud de cañerías, el tipo de soporte, el trabajo eléctrico, el drenaje, y detalles de la mano de obra.
También debe quedar claro si se contemplan elementos como canaletas, protecciones, retiro de equipos viejos o trabajos en altura.
Además, es fundamental que el instalador indique el tiempo estimado de ejecución, las condiciones de pago y las garantías. Esto no solo protege al cliente, sino que demuestra compromiso y profesionalismo.
Evitar presupuestos «rápidos» y poco detallados puede ahorrarte problemas técnicos y económicos a futuro.